La obra de Quevedo es inmensa y contradictoria. Hombre amargado, severo, culto, cortesano, escribió las páginas burlescas y satíricas más brillantes y populares de la literatura española, pero también una obra lírica de gran intensidad y unos textos morales y políticos de gran profundidad intelectual. Esta fusión o doble visión del mundo es lo que le hace el gran representante del barroco español.
Sus primeras obras fueron satíricas y burlescas:
-La vida del Buscón llamado don Pablos (1603) es una novela picaresca dentro de las características del género; pero su originalidad reside en la visión vitriólica que ofrece sobre su sociedad, en una actitud tan crítica que no puede entenderse como realista sino como una reflexión amarga sobre el mundo y como un desafío estilístico sobre las posibilidades del género y del idioma.
-Los Sueños (1605-1622) son cinco piezas cortas conceptistas, producto de los desengaños que padeció en esos años, en las que viene a decir que no hay nobleza ni verdad en el mundo sino que todo es horror y fealdad.
Si la obra en prosa de Quevedo era variada y compleja, su poesía lo es aún más. Se conservan de él casi un millar de poemas, pero sabiendo que nunca se preocupó por editarlos y que los conservados proceden de personas próximas a él, es de suponer que escribió muchos más.
En el tema amoroso, Quevedo vio una posibilidad de explorar el amor como lo que da sentido a la vida y al mundo. Ejemplo de ello es el soneto Amor constante más allá de la muerte. Es uno de los sonetos más bellos de las letras españolas, en el cual la muerte no vence al amor que permanecerá en el amante.
El tema de la muerte y de la brevedad de la vida son una constante en su poesía metafísica en la que de nuevo aparece el estoicismo para aceptar la angustia que provoca el Tiempo que todo lo destruye, pues la vida y la muerte se confunden. En Quevedo subyacen dos extremos, el moralista estoico y preocupado por la decadencia nacional y el satírico burlón vitalista que incluso recurre a la procacidad, al lenguaje jergal y grotesco. Pero por encima de esta contradicción lo que hay es un excelso poeta, de gran profundidad emocional, virtuoso del idioma y en el que la poesía conceptista alcanza su cumbre.
Las obras de Quevedo se clasifican según su temática:
- Obras políticas: (Política de Dios)
- Obras ascéticas: (Providencia de Dios).
- Obras filosóficas: (La cuna y la sepultura para el conocimiento propio y desengaño de las cosas ajenas).
- Crítica literaria: (La aguja de navegar cultos con la receta para hacer Soledades en un día).
- Obras festivas: (Consejos para guardar la mosca y gastar la prosa).
- Obras satírico-morales: (Sueños)
En esa época se perdieron muchas obras:
- La segunda parte de la Vida de Marco Bruto, mencionada por Quevedo en sus últimas cartas, en 1644.
- Historia de don Sebastián, rey de Portugal.
- La polilla de las repúblicas.
- Historia del año 1631.
- Dichos y hechos del Duque de Osuna en Flandes, España, Nápoles y Sicilia.
Las principales obras de las que es autor Quevedo son su novela picaresca Vida del Buscón; Parnaso español, una serie de poesías de carácter serio o burlesco; La hora de todos y Fortuna con seso, obra en prosa satírico-moral; Sueños, satírico-burlescos también en prosa; La cuna y la sepultura, obra ascética; aparte de diversas obras políticas, como Política de Dios, gobierno de Cristo y tiranía de Satanás, entre otras.
Quevedo es un personaje literario y cinematográfico
Como prototipo del intelectual cortesano que exhibía su ingenio y con frecuencia le gustaba escandalizar o épater le bourgeois, Quevedo pasó a la literatura popular como personaje de chistes con frecuencia groseros, volviéndose personaje de leyendas urbanas. Igualmente fue el afortunado personaje de gran número de piezas teatrales y novelas. Francisco de Quevedo es también, junto a otros personajes históricos de la España de Felipe IV, un personaje secundario en la saga conocida como Las Aventuras del Capitán Alatriste (1996), de Arturo Pérez-Reverte, y en la película basada en ella, Alatriste (2006).
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